lunes, 20 de mayo de 2013

ESCRITO DE LA PELICULA: "UN SUEÑO POSIBLE"


ENSAYO:
“UN SUEÑO POSIBLE”
 
EQUIPO:
  • JAVIER MARTÍN CASTRO LÓPEZ
  • ALEJANDRA ESTEPHANY PICIE FÉLIX
  • DANIEL ALEJANDRO RUBALCAVA LÓPEZ. 

GRUPO: 
ME21


LOS MOCHIS, SINALOA, ABRIL DEL 2013

INTRODUCCIÓN

El presente ensayo expresa pensamientos, vivencias y sentimientos vinculados con la película “Un sueño posible” que narra una historia verídica de un joven de raza negra, que tras la separación, a muy temprana edad, de su madre biológica, vivió vagando de familia en familia, huyendo siempre de cada una, hasta quedar en el abandono y soledad total.

El día menos esperado y en el momento más inesperado, ocurre en su vida un suceso fundamental  dando un giro radical, originando la trama de esta historia, de la que es posible aprender, pero sobre todo valorar aquello más preciado que posee el ser humano, y del que afortunadamente gozamos: “familia y amor”.

La historia nos permite vivenciar la realidad de muchos alumnos que llegan a las instituciones escolares sin motivación, sin intereses, ni razones aparentes de estar ahí, podría decirse sin un proyecto de vida ni sentido de la misma; quienes a pesar de ello, llegan a ser capaces, con el estímulo apropiado, de descubrir y confiar en su propio potencial.
 
Los actores de “Un sueño posible” asumen a lo largo de la historia una postura definida, los protagonistas de la misma, en esencia, manifiestan una visión humanista de la vida, aportando a la trama el enfoque que para los fines de este ensayo resultan esenciales.


“UN SUEÑO POSIBLE”

“Un sueño posible” relata un episodio de la vida de Michael Oher alias Big Mike, salido de un sector de la ciudad de Menphis, Tennessee que pocas personas saben que existe. Se trata de una historia verídica de un jugador de fútbol americano de raza negra nacido en la pobreza, cuya madre era adicta al crack y que a corta edad se quedó sin hogar.

La historia comienza mientras Michael vivía bajo el cuidado de una de tantas familias adoptivas por las que pasó, la situación económica no era fácil, por lo que las discusiones en torno a tener una boca más que alimentar eran frecuentes, situación por la que el joven decide huir; antes de hacerlo, su entonces padre biológico le abre las puertas al mayor tesoro que pudo ofrecerle: educación de calidad.

Por las condiciones socioeconómicas en las que vivían, el padre adoptivo, es capaz de anticipar la posibilidad de que Michael sea rechazado o bien, víctima de discriminación y no aceptación en la nueva escuela, por lo que inicialmente, conocedor de sus habilidades deportivas acude al entrenador deportivo para que lo apoye en su ingreso. En la primer reunión de maestros, el colectivo docente encontraba muchas razones para rechazar a Michael, desde sus calificaciones hasta el no ser aceptado en otras escuelas; sin embargo el entrenador, enfatizó en el aspecto humano, toma como referente y emblema la misión de la escuela hasta lograr remover emociones en sus compañeros, contribuyendo a que se diera la oportunidad de que este joven sea aceptado en la escuela.

Y es a partir de este hecho que identificamos un elemento central de la película, generador de cambios positivos en Mike: la aparición de una maestra del colectivo docente, de ese grupo que en un inicio encontró innumerables motivos para no aceptar a este nuevo alumno. El papel de esta profesora resulta clave para nosotros pues es ella quién abrió las puertas a Michael al permitirse conocer y aceptar el estilo de aprendizaje diferente de Mike, generando una estrategia diferente para atenderlo y evaluarlo, e incluso promoviendo entre sus compañeros docentes esa adaptación al modelo pedagógico. Uno de los elementos con enfoque humanista que identificamos en este personaje, se caracterizó, precisamente, por la intervención docente. La maestra se permitió romper esquemas y fue capaz de identificar y reflexionar sobre el desempeño académico de Mike en relación con la carencia de familia, afecto y amor; a raíz de un examen que Michael dejó en blanco en el que únicamente plasmó un dibujo de un barco navegado sólo por él, y posteriormente encontrar el escrito “Paredes blancas”. Fue capaz de interpretar el sentir de su alumno, en relación a sí mismo y con el mundo, este acontecimiento se convirtió en la pista fundamental para que la intervención de la maestra cambiara, e iniciara una revolución en su desempeño.

Analizando este aspecto de la película, reflexionamos sobre nuestro propio desempeño como docentes, no pudimos evitar trasladarnos a nuestros centros de trabajo, y cada uno encontró en sus escuelas a nuestros propios “Michael”, siempre hemos escuchado, e incluso nosotros mismos hemos hablado de que todos tenemos potencial, de que con motivación, apoyo y orientación adecuados los alumnos pueden mejorar y superarse, pero luego de reflexionar sobre la historia del filme y sobre las historias que nos encontramos en la vida escolar nos preguntamos ¿realmente hemos llevado a la práctica todo esto “que ya sabemos”? intentando dar respuesta a esta incógnita, dialogando y escuchando nuestras experiencias, reconocimos en nosotros una evolución, nos percatamos de que no quedamos estancados, ni en el ámbito personal ni en el profesional, pues hoy nos reconocemos como maestros capaces de identificar, respetar y apoyar las distintas inteligencias que nuestros alumnos manifiestan. Comentando al respecto, encontramos otra escena sustancial de la película, y de la vida misma, otro factor que influyó en el filme y que de manera permanente se manifiesta en nuestro quehacer educativo.
En la película, a los 18 años a Mike le ocurre algo fundamental mientras vagaba por una de las calles, se ve envuelto por una situación inesperada y sorpresiva, se encuentra a una familia adinerada, por la que es adoptado y aquí esta historia da otro giro, sumamente emotivo y conmovedor. Durante la película la madre, se dedica a apoyar a Michael a fortalecer su autoestima, destruída por sus vivencias infantiles. Hablando de esto, nos preguntamos ¿a qué grado la familia determina e influye en la calidad de vida de una persona? Poniendo especial atención en este aspecto, percibimos en el filme, cómo, aún en las condiciones más adversas, con amor, afecto, cariño y confianza puede emerger un ser humano capaz, bondadoso, productivo y al servicio de la comunidad.

Puntualizamos, no sólo por lo analizado en la película sino por experiencias personales y laborales, la importancia que adquiere el apoyo familiar y la fuerza que ejerce el amor, afecto y cariño que ésta puede brindar en la vida de una persona, reconocemos lo estimulado que puede resultar un individuo que goza de este apoyo; sin embargo, no consideramos que sea un factor tan determinante, somos seres humanos que día a día nos construímos y renovamos, cada instante nos da la oportunidad de elegir un rumbo nuevo, nos vemos condicionados por características diversas más no determinados como algo definido; hoy somos capaces de concebir al ser humano así, somos capaces de vernos a nosotros mismos como personas no determinadas y de igual forma logramos ver a nuestros alumnos con estas características.

En nuestras realidades escolares encontramos alumnos tan distintos como diversos son sus orígenes, y comentando al respecto encontramos que esas diferencias se derivan de distintos motivos, pareciéndonos de los más relevantes, y destacables incluso en la película, las características individuales de cada persona, como la genética, estilos de aprendizaje o inteligencias múltiples y los contextos y/o situaciones familiares que los rodean. 

Dialogando sobre nuestros alumnos, cada uno expresó a grandes rasgos cómo los percibíamos, comentábamos cómo algunos eran muy hábiles para cuestiones lógico-matemáticas, otros para aspectos lingüísticos, otros tantos para las artes, algunos más destacados en lo deportivo, y cómo sus fortalezas enriquecían a los grupos a los que pertenecían, aunque en el común de los casos, inteligencias distintas a las matemáticas y de lenguaje eran poco valoradas por otros docentes; sin embargo resultó ser un elemento común en nuestro equipo que reconocemos que existen variedad de estilos para aprender, y que forma parte de nuestro quehacer educativo diversificar nuestras formas de enseñar, de evaluar, de actuar y de intervenir como docentes.

Reflexionar en torno a todo lo anterior, nos llevaba a viajar en el tiempo, del presente, al pasado, en aquél momento en el que nosotros estuvimos en el lugar en el que nuestros alumnos están ahora, y recordamos, incluso acompañados de sonrisas, de cariño y de otras emociones, a los maestros que durante nuestra escolarización cruzaron por nuestras vidas.

De manera significativa, recordamos a aquéllos maestros que no sólo se encargaron de enseñarnos los contenidos que la currícula marcaba, sino a aquéllos maestros que dejaron una huella en nuestra vida y nuestro corazón. Compartimos, incluso en un tono de voz tierno, a maestras que nos acompañaron en el inicio de nuestra escolaridad, en preescolar y los primeros años de primaria, quienes se caracterizaron por comprender nuestros temores y mostrarnos su lado afectivo.

Hicimos una especie de viaje a través del tiempo, recorriendo los niveles educativos por los que pasamos en primaria, por ejemplo, comentamos una vivencia con la maestra de sexto año quién para abordar los contenidos que le marcaba el programa siempre se valía de una buena historia para introducirnos al tema o bien para acompañar el contenido, su capacidad narrativa era tal, que te transportaba a las escenas que describía, podías incluso experimentar el clima, el cansancio, o el sentir del personaje de quién hablaba; era capaz de crear un ambiente de aprendizaje tan confortable que lo aprendido era además de digerible, muy significativo.

Otra de las historias suscitadas se dio en el nivel de secundaria, recordamos aquélla época en la que veíamos el mundo tan complejo, cambiante, pareciendo ir contra nosotros, o al menos en ese tiempo así lo percibíamos, y es en este contexto donde aparece el maestro de matemáticas de segundo grado, el encargado de instruir a sus alumnos en álgebra y la introducción a las ecuaciones, cierto día mientras entregaba resultados de exámenes quién vivió esta escena de su vida se encontraba de muy mal humor, al recoger su examen éste se cayó de las manos del maestro hasta dar en el suelo bajo el escritorio, la molestia que ya sentía se disparó y la demostración de enojo fue de tal manera que el maestro se sorprendió, mostró su rostro desencajado, y algo titubeante continuó su entrega, enseguida dejo salir al resto del grupo y se acercó a su estudiante molesto para platicar sobre lo ocurrido y mejor aún sobre los motivos de esa emoción expresada; la sorpresa y hasta cierto punto el desconcierto de lo que ocurría era evidente ¿realmente le importa cómo me siento? Era la pregunta que no dejaba de rondar la molesta cabecita, luego de unos minutos de conversación además de caer en cuenta de que en realidad no había motivos para encontrarse de ese modo, la relación cambió a un tono más afectivo, en un plano respetuoso, de admiración y de gran cariño por ese maestro quién dejó de lado las matemáticas para ir al encuentro de un ser humano que gritaba su atención.

Historias como ésta, quizá son contadas en nuestras vidas pero aquí lo importante no es la cantidad de veces que nos ocurrieron, sino la intensidad, la significatividad y el nuevo rumbo que dio a nuestras vidas haber sido parte de esas escenas de la vida escolar; para terminar nuestro recorrido en el tiempo recordamos más recientemente a dos maestros de nivel superior, uno de ellos maestro de educación física quien era capaz de lograr motivar a tal grado que todo se olvidaba, era un maestro apasionado, de ideas revolucionarias, habituado a retar el intelecto de sus estudiantes, consciente de que la capacidad en sus alumnos para resolver los dilemas, estos retos eran la principal fuente de motivación para estudiar. La otra de las maestras de quién nos acordamos, también de nivel superior, coincidía en la pasión por su asignatura, por su profesión, nos demostraba en cada palabra que decía, y en el lenguaje paraverbal que manejaba que realmente vivía y sentía el tema del que hablaba, por lo que no era difícil contagiarnos de su pasión y entrega.

Luego de recordar y analizar todas estas vivencias personales de nuestra escolaridad y nuestras experiencias como maestros en servicio, nos sentimos nuevamente comprometidos con la profesión que ejercemos, con nuestros alumnos y con la sociedad en la que nos vemos inmersos; y reconocemos que así como nosotros hemos depositado expectativas sobre nuestro desempeño, y expectativas sobre lo que nuestros alumnos son capaces de lograr, sabemos que los padres de familia tienen también expectativas al respecto, en sus propias palabras, según recordábamos, algunos padres esperan de nosotros y de la escuela simplemente que enseñemos contenidos a sus hijos, para que ellos posean mucha información, pero hemos tomado como reto mostrarles un panorama distinto de educación, en el que ahora sus expectativas, ya no sólo giran en torno a conocimientos y contenidos, sino que esperan encontrar en sus maestros a personas en las que pueden confiar, capaces de contribuir a la formación de seres humanos integrales y con quienes cada día se sienten más comprometidas a participar activamente en la parte educativa que les corresponde, esta es la nueva expectativa que hemos generado en los padres de familia que acuden a nuestras escuelas.

CONCLUSIÓN

Hoy en día, vemos nuestras propias vidas como una película con escenas de toda índole, durante nuestra infancia y adolescencia poco nos hicimos responsables de nuestro actuar, en cierto modo crecimos en una cultura donde dar la oportunidad de elegir a los menores y sobre todo respetar esas elecciones no es habitual; en ocasiones los adultos orillan a los niños a seguir ciertos pasos, a tomar ciertos caminos por considerar que será para ellos lo mejor, aunque pocas veces o prácticamente nunca se da el espacio para preguntar a esas personitas por quienes se quiere decidir, qué eligen o qué piensan ellos al respecto. En la película “Un sueño posible” también aparece una escena similar, a raíz de la cuál surge esta reflexión a manera de conclusión.

Hoy en día, ya no es posible para nosotros seguir actuando conforme a lo que cotidianamente habíamos conocido, hoy tenemos elementos suficientes para ser agentes generadores de cambio, hoy que somos jóvenes adultos, responsables de educar a pequeños y a jóvenes nos comprometemos y elegimos no formar parte de ese grupo de adultos desconfiados de la juventud, por el contrario elegimos acompañarlos en su proceso de crecimiento personal y no sólo académico, verdaderos orientadores y apoyos de la conformación de sus proyectos de vida,    fundamentalmente con este trabajo hacemos consciente el compromiso que tenemos hacia nuestros alumnos como personas potencialmente productivas, al servicio de la sociedad.

Como maestros, estamos dispuestos a construir ambientes de aprendizaje en los que se brinde no sólo un espacio para conocer, descubrir y adquirir conocimientos, sino también un espacio para aprender a ser, en el que se sientan libres de ser quién son, pero sobre todo, un espacio en el que sean felices, donde descubran que su potencial les permitirá llegar lejos, ampliar su panorama más allá del contexto inmediato en el que se están desenvolviendo.

Asumimos la responsabilidad de formar parte de una nueva generación de docentes flexible, con adaptabilidad a los constantes cambios en los que vivimos; comprometidos a fortalecer la unidad grupal, con miras a que ese trabajo colectivo por un objetivo y metas comunes se proyecte en la comunidad y contexto inmediato en el que nuestros alumnos se desenvuelven, entregando a la sociedad personas competentes para vivir y generar cambios en ella.

6 comentarios:

  1. Es un excelente aporte. Os felicito

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  2. Tremenda pelicula no me canso de verla pq nos inspira a creer en nosotros mismo,me encanta

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  4. Me pueden dar los personajes de sueños posible

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  5. ola quien me podría ayudar con la película yo quiero saber cual es
    -la utoderminación
    -la autestima

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